Hoy tuvimos el gusto de conversar con el Dr. Jefferson Villamarín, quién menciona que hablar de salud ginecológica aún genera incomodidad en muchas mujeres jóvenes. Entre mitos, vergüenza y desinformación, no es raro que la primera visita al ginecólogo se postergue innecesariamente, muchas veces hasta que aparece un problema evidente. Sin embargo, como lo explica el doctor ginecólogo, cuidar la salud íntima no debería ser una medida de emergencia, sino una parte regular del autocuidado. Uno de los errores más comunes entre las jóvenes es pensar que si no hay dolor o molestia, no hay motivo para consultar. Esta idea, aunque extendida, es peligrosa. Muchas condiciones ginecológicas pueden desarrollarse sin síntomas evidentes y detectarlas a tiempo puede marcar una gran diferencia. Visitar al ginecólogo no es un trámite incómodo que se hace “cuando toca”, sino una herramienta de prevención clave.
El doctor Villamarín también recomienda que la primera consulta se realice poco después del inicio de la vida sexual o ante cualquier duda o irregularidad, para que la paciente reciba una orientación clara y profesional. Esta primera experiencia es fundamental, ya que puede definir la manera en que una mujer se relaciona con su cuerpo y su salud íntima en adelante.
Otro factor que contribuye a la desinformación son los mitos populares y los “remedios caseros” que circulan en redes sociales. Desde el uso de productos naturales sin evidencia médica hasta ideas erróneas sobre higiene íntima, muchas prácticas no solo son ineficaces, sino incluso dañinas. Por eso, es fundamental consultar a profesionales de confianza y no dejarse llevar por recomendaciones sin respaldo científico.
Además, la salud íntima no está desligada del bienestar emocional. Estrés, alimentación y estado anímico pueden afectar el ciclo menstrual, la flora vaginal y otros aspectos importantes del cuerpo femenino. Por eso, es necesario entender la salud ginecológica como parte integral del cuidado personal, no como un tema aislado.
Finalmente, el doctor recalca la importancia de sentirse cómoda con el profesional que atiende. La confianza en el ginecólogo permite una comunicación abierta, fundamental para resolver dudas y atender cualquier situación sin miedo ni vergüenza.
Cuidar nuestra salud íntima no es un lujo ni un tema secundario. Es un acto de respeto hacia nuestro cuerpo, hacia nuestro futuro y hacia nosotras mismas. Hablar del tema con naturalidad, buscar información confiable y agendar ese chequeo pendiente puede ser el primer paso hacia una vida más saludable y consciente.